Directora de OVO Chile: «La violencia obstétrica debe ser incluida como parte de todas las violencias que vivimos las mujeres y personas gestantes»

“Muchas mujeres nos dicen: 'me sentí como un pedazo de carne', 'estaba ahí y no le importaba a nadie', eso es no valorar la subjetividad, las emociones, ni el cuerpo de una mujer al momento del parto como si ser madre solo significara ser un objeto que porta una vida”, afirmó Paula Sánchez, una de las directoras del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO) Chile.

El próximo 25 de noviembre el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujeres, es por ello que en el marco de su conmemoración conversamos en Ñuñoa tu Mañana con la psicóloga perinatal y una de las directoras del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO) Chile, Paula Sánchez. 

“La violencia obstétrica es una de las violencias más invisibilizadas (…) Y en el marco del 25 de noviembre queremos que la violencia obstétrica sea incluida como parte de todas las violencias que vivimos las mujeres y personas gestantes que deseamos gestar”, afirmó.

Según cifras de OVO Chile más de la mitad de las chilenas han sido víctimas de violencia obstétrica y las mujeres vulnerables económicamente son quienes más lo sufren, un 58%. Asimismo, el 56,4% de las mujeres ha sido criticada o reprimida por expresar dolor y emociones al momento del parir. 

De acuerdo a la directora de OVO Chile, primero está la violencia gineco-obstétrica que consiste en todo tipo de violencia que se puede ejercer en la atención de salud sexual reproductiva de una mujer o de una persona con capacidad de gestación. Mientras que la violencia obstétrica “es un tipo de violencia que pueden ser acciones que dan cuenta de una excesiva medicalización de procesos naturales y/o fisiológicos que tiene cualquier mujer y persona con capacidad de gestar, y que no es necesario que sea intervenido por profesionales de la salud o técnicos. Por ejemplo, lo que ocurre mucho en Chile es el excesivo número de cesáreas, que está por sobre lo que se recomienda por la Organización Mundial de la Salud (OMS), haciéndose cesáreas innecesarias”. 

Y añadió que “por otro lado, también se trata del maltrato, del trato indigno y el maltrato verbal, frases tan comunes como: ¿acaso no te gusto? ahora aguantate el dolor, que es muy común hacia madres adolescentes como un castigo que se realiza al género y a la sexualidad (…) Muchas mujeres nos dicen: me sentí como un pedazo de carne, estaba ahí y no le importaba a nadie, eso es no valorar la subjetividad, las emociones, ni el cuerpo de una mujer al momento del parto como si ser madre solo significara ser un objeto que porta una vida”

Para evitar la violencia obstétrica, la OMS establece 56 recomendaciones para una experiencia de parto positiva, en las que establece cuidados para las personas gestantes durante el trabajo de parto y en el momento mismo. Respecto de ellas Sánchez afirmó que  a pesar de su existencia, “muchas veces también hay ciertas condiciones de la formación de los mismos profesionales donde se normaliza, por ejemplo, la desinformación (…) la formación está desactualizada, hay más que nada una resistencia a los nuevos paradigmas a la atención al parto (…). Pero también es un tema cultural que todos y todas estemos informados de estas mismas recomendaciones y preguntar en los controles si se aplican o no”. 

“También sabemos que en muchas instituciones la cantidad de matronas no da abasto. Entonces, entendemos que es un sistema también violento, que cansa y que agobia. La violencia es parte de todo el sistema que afecta a quienes están trabajando ahí en un esquema jerárquico, rígido y violento. Para que cambie esto se requiere de voluntades, recursos, con deconstruir de alguna manera la formación que existe y  con el paradigma de la atención a la maternidad, donde las mujeres madres son vistas como objetos”. 

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